Las flores secas de lavanda se usan para perfumar armarios y ahuyentar polillas. Es conveniente dejarlas secar a la sombra y a una temperatura inferior a los 35º pues de esa forma conservarán mejor su esencia.
En verano recogí bastantes flores de lavanda. Después de secarlas las introduje en saquitos de tul y los distribuí por mis cajones. Al cabo de estos meses cuando quiero avivar el aroma aprieto los saquitos entre las manos y su perfume vuelve a inundar la habitación.
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